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CRISIS DEL ESTADO

Actualizado: 20 ene 2021


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Uno de los puntos más relevantes de la lectura trasciende al rededor de la historia del Estado Boliviano, puesto que en gran parte de los acontecimientos históricos, se ha caracterizado por deslegitimar a los indios como sujetos colectivos con prerrogativas dentro del gobierno. Y el hecho de que hoy aparezcan los indígenas, de manera autónoma y como principal fuerza, pone en cuestión, la cualidad estatal, que permanecía desde la época de la colonia. Desde la perspectiva del análisis político se distingue en la organización del Estado al menos tres componentes estructurales que determinan su funcionamiento, estabilidad y capacidad representativa.

Por cuestión de una panorámica más amplia es preciso destacar una breve definición del Estado en el ámbito político. En este sentido, Estado es una síntesis política de la sociedad jerarquizada donde convergen coaliciones de fuerzas que poseen una mayor capacidad de decisión y otras fuerzas de poder. Están conformados por grupos que tienen escasas capacidades de influencia en la toma de decisiones de los importantes asuntos comunes.

Por ello, las diferentes formas estatales corresponden a las distintas fases históricas de regularidad estructural de la interrelación de fuerzas, que siempre son resultado temporal de un breve periodo de conflagración intensa, de fuerzas sociales que disputan la recomposición de las posiciones de los sujetos y la posición en el control del capital del estado.

En relación a lo anterior, un componente del Estado que se resalta Linera, es el sistema de creencias movilizadoras. Es decir, bajo cualquiera de sus formas históricas, el Estado es una estructura de pensamientos comunes, capaces de conformar, entre sectores sociales lo referente a gobernados y gobernantes, dominantes y dominados.

Por otro lado otra de las ideas principales que se observa en la lectura refiere a que el Estado neoliberal ha iniciado a tener frente a él órdenes institucionales fragmentados que le arrebatan el principio de autoridad gubernativa y por consiguiente la lógica de acción política; no obstante, esta otra institucionalidad, en la medida en que está se enganchaba en los sectores colectivos del mundo indígena ubicado al margen de la subsunción real, o para ser más precisos, del capitalismo, el cual es una institucionalidad basada en normas, procedimientos y culturas políticas, corporativas no liberales, que pone en entredicho la seudo modernidad y liberalidad política estatal de texto e institución.

Un momento edificante de este eclipse institucional del Estado “neoliberal”, y potencialmente repetible a mayor escala, acontece, cuando las instituciones armadas del Estado, que son su núcleo sustancial y final, se enfrentan a los alrededores de la casa de gobierno. Por esa razón, no sólo se ha derribado la estructura de mandos y lealtades que dan continuidad al espíritu de Estado, tampoco se ha disuelto el principio de cohesión y unicidad estatal, que es como el instinto de preservación básico de cualquier Estado, sino que además no se ha podido practicar el mandato fiscal que, según Elias, es el acaparamiento que sostiene el monopolio de la violencia, y ambos, al Estado.

Por otro lado del campo político, se encuentra el sector que posee una brillante imagen de cómo debe ser el país relacionando los mercados externos, del papel de la inversión extranjera, de subordinación del Estado a los negocios privados y de preservación, o restaurar, del viejo orden que los ha mejorado.

 
 
 

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